El Psicólogo y ensayista Gustav Carl Jung considera al hombre como un productor de arquetipos, es decir, símbolos o estructuras inconscientes, atemporales y comunes a todos los seres humanos traducciones psíquicas del instinto innato.
Esta teoría influye en el arte como elemento intermedio entre la realidad y la imaginación, y por ello como elemento de transformación liberador de fantasías e impulsos primarios.
Así, nos encontramos frente a lo que parece ser un universo de infinitas posibilidades, nuevos mundos, personajes mágicos e híbridos humanoides y quimeras alquímicas dotadas de una fuerza transformadora que les permite manipular las antiguas leyes que rigen al universo. Gracias a la toma de consciencia de estas leyes se pueden explicar las diferencias entre los diversos estados de la materia, de la fuerza, de la mente e incluso del espíritu.
La nueva serie de obras aquí exhibidas implica una técnica madura de dibujo y pintura con sistema de meditación, dejando de lado la razón a través del Automatismo Psíquico.
Ricardo Lancaster intenta plasmar y compartir algo de esta información colectiva codificada en imágenes que propicien una conexión con las esferas más altas de la consciencia.